Max era el perro más alegre del barrio. Corría tras las bicicletas, jugaba con los niños y saludaba a todos como si los conociera de siempre.
Pero hace unos días, Max empezó a temblar. Dejó de comer, perdió fuerzas… y dejó de correr. El veterinario nos dio la noticia: Max tiene moquillo, una enfermedad muy grave que pone en riesgo su vida si no se trata a tiempo.
Aun así, Max no ha perdido las ganas de vivir. Mueve la cola cuando lo llamamos. Nos mira con esos ojos llenos de esperanza, como si supiera que vamos a ayudarlo.
Necesitamos tu apoyo para cubrir su tratamiento y medicamentos.
Max ha dado alegría a todos. Hoy es él quien necesita de nosotros.
Dona, comparte, y ayúdanos a que Max vuelva a correr.